La estructuración del equipo de trabajo de una estación de servicio es una fase importante de la gestión del establecimiento del sitio. Además de la necesidad de buscar profesionales preparados, comprometidos e íntegros, el propietario de la estación debe prestar atención a las exigencias de la Ley de Contrato de Trabajo (LCT).
Por eso, ante todo es necesario programar la composición del equipo. Además de la contratación de playeros, también debe considerarse a los profesionales que serán responsables del cambio de aceite, lavado de vehículos, atención en caja y en la tienda de conveniencia, en caso de que su establecimiento cuente con una.
De acuerdo con los requerimientos legales, todo empleado de una estación de servicio debe usar uniformes y EPP (Elementos de Protección Personal), asignados en función del riesgo del puesto de trabajo.
Otro punto importante que el dueño de la estación de servicio debe planificar es la remuneración del personal.
Además del pago del salario básico y los demás derechos laborales como vacaciones, horas extras, plus de nocturnidad y aguinaldo, el empleador debe prestar atención al plus de peligrosidad.
A la hora de planificar la cantidad necesaria de empleados, lo ideal es tener en cuenta un playero por cada surtidor y que el mismo pueda atender a dos vehículos a la vez.
Algunas estaciones trabajan con dos personas por surtidor. Se trata de aquellas estaciones que aprovechan la presencia del cliente para tratar de vender un servicio añadido como rellenar el nivel de aceite, agregar aditivo al radiador o al depósito del limpiador de los parabrisas.
Los playeros deben contratarse respetando las obligaciones impuestas al empleador en la LCT, y a criterio del propietario de la estación, pueden percibir comisiones de acuerdo con la venta de artículos o servicios.
Por lo tanto, planificar cuidadosamente cómo operará su estación es fundamental, pues el mayor margen de ganancias para el dueño de la estación proviene de la venta cruzada (práctica en la que se ofrece a los clientes existentes productos complementarios a aquellos que ya adquirieron o adquirirán) o venta dirigida (cuando se ofrece a los clientes productos de más valor, incentivándolos a gastar más por un mejor servicio o producto).
Invierta y capacite a su equipo para obtener el mejor resultado.